11. EL NIÑO JESÚS III. Desnudez, niñez.



83) Tratemos de observar la imagen de San José y el Niño Jesús, y pidamos la gracia de poder acercarnos al Niño como niño. 

84) De despojarnos de nuestras ideas y prejuicios para poder entrar desnudos en el verdadero mensaje de esta 
desnudez.

 85) Ver con el corazón abierto  al  niño  desnudo,  oír la Palabra con atención serena y no con oídos sordos a fuerza de prejuicios y preconceptos. Dejar el corazón totalmente libre del ropaje de un lenguaje religioso o de una ciencia teológica o de una instrucción  religiosa vaciada de fe.

86) Sólo quién se decide a tomar sobre sí la cruz, para seguir a Cristo e ir desnudo ante el mundo, se hace acreedor a que Dios lo revista con su gloria.

87) LA DESNUDEZ DEL NIÑO NOS DICE:
Que se hizo en todo semejante a nosotros,  menos en el pecado.

88) Que se vistió con la desnudez de nuestra humanidad, para que en ella se mostrara Dios al desnudo. O sea: verdadero Dios y verdadero hombre.

89) Que la suya es la desnudez del Nuevo Adán. La desnudez de la inocencia recuperada. Desnudez del Hombre nuevo, en que brilla la imagen de Dios restaurada. 

90) Que se desnudó en la Cruz, como Siervo de Dios, y Siervo de los hombres caídos.

91) La desnudez del niño proclama el alegre mensaje del evangelio: El Reino de Dios está cerca. Dios se hizo prójimo. Semejante en todo a nosotros menos en el pecado,  para rescatarnos de la lejanía y deformación del pecado. Para comunicarnos su semejanza de Hijo.

92) El cuerpecito desnudo de Jesús nos muestra la verdad, profunda, divina, del Pan que alimenta al cristiano en la Eucaristía. El que come  este Pan se transforma a semejanza e imagen del Hijo de Dios.

93) ¿Y QUÉ NOS DICE 
EL JESÚS NIÑO?:
En el Evangelio, Jesús propone a los niños como modelo del discipulado.

94) Destaca la sencillez con que se dejan impresionar, su capacidad de maravillarse.

95) Los niños no se han llenado todavía de prejuicios, temores o resistencias que los años y desilusiones traen.

96) Exalta la sana predisposición para recibir, para creer, para descubrir. La mirada del niño es una ventana abierta al misterio, ve lo que los adultos no nos atrevemos a ver.

97) El discípulo que acepta hacerse como los niños se distingue por un estilo de humildad, de confianza, de superación, de entrega y abandono.

98) Hacernos como los pequeños: ese es el secreto de nuestra grandeza.

99) “Nada del Altísimo se puede conocer si no es a través de lo infinitamente pequeño, a través de este Dios a la altura del niño, de ese Dios a ras de tierra”. Christian Bobin

RESUMEN DE 
"LA ONCEAVA VISITA"
DEL LIBRO DEL P. HORACIO BOJORGE
"A CRISTO POR EL CAMINO DE JOSÉ"

APORTE DE MARTA BOVÉ