21) San José está circundado por un resplandor radiante. Dentro de esa aureola quedan incluidas las cabezas de José, del Niño y la Paloma.
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22) Se ha magnificado la aureola, dándole dimensiones poco comunes. Es San José quien irradia y resplandece luz propia. “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no anda en tinieblas” (Juan 8,12). Los que han creído en Cristo y lo siguen, no sólo no andan en tinieblas, sino que a su vez son luz.
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23) La figura de San José es entre todos los santos, particularmente luminosa e iluminadora.
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24) El resplandor, la luz resplandeciente significa el conocimiento del misterio de Cristo. “Contempladlo y quedareis radiantes”, dice el Salmo 34,6.
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25) La luz es de color oro y eso significa caridad, el amor de Dios, el verdadero amor. La caridad es el oro auténtico y valioso que no se corrompe jamás, que se purifica en el fuego de las pruebas y las tribulaciones.
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26) Su íntima relación con Jesús lo transfigura, lo ilumina. José resplandece con la luz de Cristo. Está radiante de alegría con Jesús.
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27) José con una vida terrenal sin apariencia ni relumbre a los ojos del mundo, pero con una existencia brillante y luminosa a los ojos de Dios y amado por Jesús.
RESUMEN DE
"LA TERCERA VISITA"
DEL LIBRO DEL P. HORACIO BOJORGE
"A CRISTO POR EL CAMINO DE JOSÉ"
APORTE DE CLAUDIA PUERTO